Advierten que las botas conocidas como “katiuskas” solo deben usarse para la lluvia y durante un periodo corto de tiempo
Con el frío, viento y humedad del invierno la piel se enfrenta cada año a una importante deshidratación y a un envejecimiento que se acelera con las bajas temperaturas. Los contrastes entre humedad y temperatura ambiental se acentúan considerablemente en esta época del año y contribuyen a deteriorar los pies. El Colexio de Podólogos de Galicia explica que lo más importante del calzado de invierno es que la suela sea de goma para poder aislar y proteger los pies del frío y la humedad. Destaca también que la suela debe tener dibujo para que permita un mejor agarre y evite los temidos resbalones.
Los podólogos recuerdan que una de las cosas más importantes en invierno es manterner los pies lo más secos posibles, evitando que se mojen con la lluvia o el sudor excesivo. Indican que cuando los pies están mojados la piel se ablanda y es más probable que aparezcan ampollas u hongos, incluso en las uñas.
A veces el calzado que se elige para la lluvia es impermeable, pero impide la evaporación del sudor. Es el caso de las concocidas botas de goma para la lluvia, las katiuskas, que los podólogos gallegos solo recomiendan usar durante un momento concreto y nunca durante mucho tiempo. “Al caminar y hacer ejercicio el cuerpo sube de temperatura y expulsa sudor para regularse. Para no acabar con el pie mojado debemos elegir un calzado que permita la transpiración” –destaca el portavoz del Colexio, Borja Pérez.
Por lo tanto, los podólogos apuntan que el calzado ideal es el que impide la entrada de agua desde el exterior y, a la vez, permite la evapiración del sudor gracias a materiales que poseen agujeros microscopicos, más pequeños que una gota de agua pero más grandes que el tamaño del vapor de agua. También destacan que existen productos como la grasa animal, que aplicados sobre un calzado de piel, consiguen este mismo efecto.
Una bota de esquí adecuada puede prevenir lesiones
Uno de los deportes que más se practica en invierno es el esquí. En relación a los pies, se debe prestar atención a la elección de la bota de esquí, porque el pie está enclaustrado y en una situación anómala. “El pie debe estar en perfectas condiciones dentro de la bota para evitar alteraciones que pueden provocar accidentes o convertirse en lesiones” –apuntan los podólogos gallegos–. Entre las posibles lesiones destaca el Neuroma de Morton, una lesión donde se comprimen los nervios intermetatarsianos (los nervios que dan sensibilidad a los dedos de los pies). La bota y la fijación son dos elementos a los que hay que prestar especial atención porque son los que pueden prevenir lesiones.
Como en cualquier deporte, calentar antes de realizar el ejercicio es básico. Según los podólogos, las personas que usan plantillas al caminar también deben utilizarlas con las botas de esquí, sobre todo con deformidades en los pies porque su ausencia podría generar sobrecargas que empeorarían la alteración podológica de base. Tampoco hay que olvidar, según los profesionales, la importancia de vestir calcetines adecuados para esquiar, de un grosor determinado, y de utilizar las protecciones adecuadas en los tobillos.